domingo, 1 de septiembre de 2013

Momentos incómodos




Hola queridos lectores. Perdón por mi desaparición reciente pero no me sentía muy motivado para escribir últimamente. Ah tiraba rimas.

Bueno como habrán notado en el título, hoy me gustaría hablar sobre sentirse incómodo. O como algunos infradotados mentales mezcladores de Yogurísimo con Actimel decimos: Sentirse zarpado.

Sentirse incómodo es sin duda una de las cosas más horrendas de la vida. Es cuando, frente  a una situación extraña, no sabés que hacer, que mirar, que decir.

Uno de los casos más típicos, se da cuando sos chico o adolescente: Estás en la casa de algún amigo, y este no tiene mejor idea que empezar a discutir con su madre.

Te sentís para el orto, no sabés donde mierda meterte. Encima ellos están:

-          ¡Pero matate vieja prostibularia!
-          ¡Matate vos la concha de tu hermana que no tenés, no sé porque no te aborté como quería tu viejo!

Y en otro rinconcito, solo, desahuciado, sin saber qué carajo hacer, estás vos. Cómo no se te ocurre ninguna otra forma de zafar, acudís al “Artefacto Para Cuando Nos Sentimos Zarpados” también llamado CELULAR.

Sí, sacás el celu y hacés de cuenta que estás haciendo algo. Aunque todos sepan que no tenés ni mierda de crédito, el juego más divertido que te vino es el Zudoku y no lo sabés jugar y  todos los mensajes guardados en la casilla son de tu mamá diciendo “OK”.

Algo que puede resultar extremadamente incómodo es el sexo. Y con esto no me estoy refiriendo a garchar adentro de un carrito de supermercado, aunque sí, sería bastante incómodo.

Me refiero a situaciones como por ejemplo cuando estás con tus viejos y en la tele aparecen dos (o más) cogiendo. Es un momento de mierda. De golpe se hace un silencio y todos los miembros de la familia empiezan a mirarse entre sí para ver que hace el otro. Es como un concurso, el primero que se concentra mirando el garche pierde. Entonces observás el plato de comida, y le pedís a Dios que alguien saque algún tema de conversación ya.

También puede darse algo parecido: Tus viejos están mirando la tele y vos estás en otro lado, por ejemplo la compu, pero escuchás más o menos lo que pasa en el programa. De repente, a tus oídos llega el sonido de unos gemidos. Y  la empezás a flayar como un boludo. Pensás cosas como:

¿Estarán viendo porno?
¿Será de verdad que en la tele están cogiendo o es un partido de tenis de Rafa Nadal?

La intriga te empieza a volver loco, querés ir a ver, pero a la vez tenés miedo de quedar como un pajero ¿Entonces que hacés? Sí, vas como quien no quiere la cosa, despacito, mirando para cualquier lado menos la tele, te haces el desentendido, te servís un vaso de agua aunque no tengas un carajo de sed, mientras de fondo siguen sonando los gemidos. Observás a tus padres con disimulo y al mismo tiempo en que tomás un trago pensás: “A LA MIERDA, ME LA JUEGO“ y echás un vistazo rápido con toda la ilusión de encontrar a Megan Fox en cuatro. Justo cuando mirás cortan la escena y aparece Virginia Lago escabiando y la concha bien de su madre!!

Otra cosa sumamente incómoda es cuando vas en el bondi o el tren, y al lado tuyo se sienta una parejita demasiado excitada. Esos que empiezan con besitos pero se les termina yendo de las manos. Todo bien amigo, viva el amor, la primavera y la puta que te pario. Pagate un telo la próxima vez. Encima vos no sabés que carajo hacer, porque no querés mirarlos pero aparecen también en el reflejo de la ventanilla los muy forros. Te bajás del tren en Padua y empezás a sacar cuentas, seguro que cuando llegaron a Paso del Rey ya garcharon tres veces.

Otro momento difícil e incómodo que todos tuvimos que enfrentar  en nuestra infancia, fue en el jardín, o primeros años de colegio: Cuando ese compañerito negrito te pedía prestado un lápiz color “piel”.

¿QUÉ  MIERDA HACÍAS? No daba preguntarle de que tipo de piel estábamos hablando. Deberían hacer uno de esos lápices de dos colores, uno en cada punta, rosadito de un lado y negrito del otro.  Se podría llamar así: “Lápiz color piel DUO para momentos de incertidumbre”. Vos se lo prestás y bueno, que él lo use del lado que quiera. Sería muy útil.

Por último, no me gustaría dejar afuera el desafortunado momento de correr un colectivo. Especialmente si tenés puesta una mochila. Muchachos, de eso no se vuelve eh. Subís y notás que todos esos hijos de puta te vieron correr como pelotudo. Te haces el gil y te sentás, sabiendo que tu dignidad quedó abajo y que nunca más la recuperarás. Muy incómodo.

Bueno, los invito a comentar otros momentos de la vida en donde se sientan zarpados.

Si les gustó pongan ME GUSTA, si no les gustó no pongan nada porque gracias a Dios no existe el botón NO ME GUSTA.

RECUERDEN QUE PARA COMENTAR NO HACE FALTA TENER CUENTA EN GOOGLE, SOLO ELIJAN LA OPCIÓN “NOMBRE/URL “(COMPLETEN SOLO LA PARTE DEL NOMBRE) O BIEN LA OPCIÓN “ANÓNIMO”. A  LOS ANÓNIMOS SE  LES AGRADECE QUE DEJEN SU NOMBRE EN EL COMENTARIO, ASÍ NO ME QUEDO CON LA INTRIGA COMO UN PELOTUDO.

TAMBIÉN ACUÉRDENSE DE SEGUIRNOS EN FACEBOOK Y TWITTER, Y DE COMPARTIR PARA PARTICIPAR POR UN COSO.

Saludos, sean felices.

Hernán Colman